Un año más llega la avalancha de SMS navideños. Unos emotivos, otros graciosos, algunos picantones y prácticamente todos prescindibles.

El populacho se lanza a enviar un batallón de SMS clónicos sin la más mínima personalización para mayor lucro de las operadoras de telefonía que miran desde la barrera como sus bolsillos se llenan gracias a la tradición pseudotecnológica.

Como iniciativa anticrisis propongo felicitar la Navidad, si procede, con las herramientas gratuítas y masivas que usamos cada día.

Pues eso, Feliz Navidad

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