Leo vía 233grados una entrada en el blog colaborativo de Pablo Mancini, periodista y gerente de interactivos en El Comercio de Perú.

Mancini dice que hay dos tipos de periodistas web, los verdaderamente amphibios y los que desearían trabajar en un soporte tradicional pero no encuentran trabajo y por eso hacen web.

Muchas veces he tenido la sensación de estar rodeado de periodistas que desearían que su madre leyera sus noticias en papel o les viera por la tele.
Periodistas web obsesionados con firmar sus textos o con que salga su foto.
Periodistas web que miran con admiración a su vecinos del papel porque tienen su hueco para rellenar durante toda la tarde y sin valorar que ellos tienen infinidad de huecos para hacer todo lo que quieran.
Periodistas web que se tienen que guardar exclusivas para no «pisar a el papel», que trabajan con el freno de mano puesto, que no pueden usar una magnífica fotografía porque «mañana va en portada en el papel» (aunque sea de Reuters).

Me quedo con esta frase de Mancini:
«Se los reconoce al instante, como también es fácil detectar a quienes se consideran de paso por un online…»

¿de paso a dónde? ¿tendrán a donde ir o deberán obligatoriamente que enamorarse de la red?

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  • Víctor

    Interesante entrada kremaster.

    En internet todo el mundo puede escribir, en tu cachito reservado de papel no. Puro clasismo. Pero hay más razones.

    Ser buen periodista en internet es difícil:

    Todo el mundo puede contrastar la mayoría de las informaciones, jerga y referencias casi en tiempo real.

    En el papel por lo general, sobre todo en opinión, solo va a leerte tu «público» y en internet estás a un click de ser juzgado por alguien que no es de tu cuerda.

    Es más complicado cerrar una noticia porque la información evoluciona y siempre es revisable en el tiempo, en cualquier momento.

    No puedes escusarte en limitaciones de tiempo o formato para no hacer buena información, entre otras cosas porque estos pueden romperse a voluntad (si existe esta voluntad).

    No puedes competir con alguien que está allí cuando algo sucede, por eso hay que utilizarlo y romper el círculo profesional.

    Obliga a una formación continuada, conocimiento de un medio cambiante y nuevos formatos.

    Casi siempre, si tienes feedback, alguien sabrá más que tu de lo que escribes y te lo hará saber.

    etc.

    También tiene ventajas… de hecho, que curioso, todos los inconvenientes anteriores x-D, ah!, y es más divertido!

  • http://kremaster.blogspot.com/www.dehesabee.com Guyb

    Tienes razón Álvaro. Pero no creo que los periodistas tengan (tengamos) una especial debilidad por el papel

    Lo he dicho muchas veces, y lo repito: las redacciones están llenas de gente que jamás ha utilizado internet. No les gusta, no lo entienden, lo consideran un medio subsidiario

    Y tienen razón, porque ése es el rol que ahora mismo tiene el periodismo digital con respecto al analógico. En estos momentos, el periodista online no tiene apenas posibilidad de salir a hacer una entrevista o tomarse su tiempo para hacer un reportaje. Al contrario, es habitual tener al redactor pasando teletipos furiosamente durante siete horas

    En teoría, la base del oficio es la misma, sólo cambia en soporte. Pero en la práctica cambian los métodos de trabajo. ¡Por no mencionar el salario!

    ¡Un abrazo!

  • http://www.facebook.com/jorgesegado Jorge Segado Obesso

    Álvaro, qué bueno lo que dices, de «¿de paso a dónde?». Qué razón tienes. Sólo un pero: hablas de la obsesión por firmar informaciones como algo negativo. Creo que esa obsesión es buena, y muy necesaria. El patrimonio de un periodista/informador, son los textos que firma. Y si sale su foto, ¡mejor! :-) Why not?

    Un abrazo.

  • http://twitter.com/kremaster Álvaro Varona

    Gracias Jorge. Es verdad que siempre me ha chirriado la obsesión por la firmitis, probablemente porque mi trabajo no se firma y los diseñadores tenemos que buscarnos la vida para que la gente sepa que existimos. El trabajar en demasía tu marca personal en detrimento del producto creo que es bastante habitual, el periodista es muy dado a hacer la guerra por su cuenta y, normalmente, le cuesta trabajar en equipo. La obsesión por la firma es lo único que le queda para perpetuarse…quizá…