Leo en CincoDías una interesante columna sobre «Cómo retener a los empleados», copio, pego y destaco en rojo las cosas de las que más de uno adolece.
Queda lejos el tiempo en que las empresas contrataban a un empleado a los 21 años y lo mantenían hasta su jubilación, y los trabajadores deseaban quedarse en la compañía para siempre. Ese estilo de vida se ha ido perdiendo desde hace décadas. Cambiar dos o tres veces de empleo puede ser bueno para forjar una carrera, pero no lo es para las empresas.
Cada vez que una persona talentosa y productiva se marcha, se lleva con ella entrenamiento y experiencia. Por ello, las empresas deberían tener fuertes mecanismos de retención; lo que no sucede en muchos casos. Y no estamos hablando de programas de compensación. Lo que más ayuda a conservar un empleado es un buen sueldo. Es algo básico. Pero hay algo más.
Perder a alguno de los 20 mejores empleados debe considerarse un pecado en la organización. Eso obliga a las compañías a contar con sistemas de evaluación rigurosa. Así sabrán exactamente quienes son los mejores, y podrán recompensarlos de manera adecuada.
También hace falta que los dirigentes de los distintas niveles contagien entusiasmo. Deben explicar al equipo la importancia de su misión, y hablar con frecuencia con cada empleado de calidad acerca de su camino de éxito individual.
Pero lo más importante para que un empleado no se vaya es el éxito de la empresa, basado en las ganancias, el crecimiento y la oportunidad.Esas tres pequeñas razones explican que muchos buenos empleados no abandonaran IBM en los años setenta, o Microsoft en los ochenta, o Google en la actualidad. Tal vez su compañía no tenga tanto éxito como estas, pero cada vez que usted haga notar los progresos, sus trabajadores, irán bajándose del tren de los cambios y quedándose.